Normas del transporte frigorífico: todo lo que necesita saber

15 oct 2025

El transporte de productos refrigerados o congelados no es solo una cuestión de logística: también es, y quizá sobre todo, una cuestión de cumplimiento normativo.

Tanto si es restaurador, distribuidor, logista o profesional sanitario, debe cumplir normas estrictas, como la normativa ATP o el plan HACCP. Sin embargo, garantizar el respeto de la cadena de frío no se improvisa: requiere disponer de equipos conformes (cámaras frigoríficas, unidades frigoríficas, registradores de temperatura, etc.) y un control riguroso de las temperaturas, así como inspecciones periódicas y una documentación siempre actualizada.

Sin olvidar las responsabilidades: según la normativa vigente (Código Rural y directivas europeas), el transportista, el expedidor y, en algunos casos, el destinatario pueden ser considerados legalmente responsables del cumplimiento de la cadena de frío.

Ahora bien, ¿es necesario convertirse en un experto en normas de transporte frigorífico para ejercer su actividad con total tranquilidad? No necesariamente, con Petit Forestier.

¿Cómo transportar mercancías refrigeradas?

Transportar productos sensibles (alimentarios, farmacéuticos, cosméticos, químicos, etc.) no consiste simplemente en desplazarlos. Se trata de preservar su integridad hasta su destino, respetando estrictas condiciones de temperatura e higiene.

Ese es el reto del transporte a temperatura controlada: garantizar que cada producto se mantenga a la temperatura adecuada desde el punto de partida hasta la llegada, sin romper la cadena de frío.

Para ello, es imprescindible seguir varias reglas:

  • Utilizar un vehículo frigorífico certificado por la normativa ATP, adaptado a la temperatura requerida por el producto (congelado, fresco, termosensible, etc.).
  • Mantener una temperatura constante durante todo el transporte, positiva o negativa según las necesidades.
  • Controlar y registrar la temperatura mediante sensores o registradores homologados.
  • Cumplir los requisitos de higiene y trazabilidad establecidos por el plan HACCP.

Nota: La normativa ATP se aplica exclusivamente a los productos perecederos destinados al consumo. Para otras categorías de productos sensibles, como los medicamentos, se aplican normas específicas —por ejemplo, Certicold Pharma o la cartografía térmica de los equipos— que garantizan la estabilidad de las temperaturas durante todo el transporte.

Una desviación de tan solo unos pocos grados, aunque sea temporal, puede comprometer toda una entrega. Esto supone un riesgo no solo para la calidad del producto, sino también para la seguridad sanitaria… y para su responsabilidad profesional.

Las dos grandes normativas sobre transporte frigorífico que debe conocer (y respetar)

Cuando se manipulan, almacenan o transportan productos sensibles (alimentarios, farmacéuticos, cosméticos u otros), es obligatorio cumplir dos normas fundamentales que estructuran toda la cadena de frío: el plan HACCP y la normativa ATP.

¿Qué es el plan HACCP?

Detrás de este acrónimo (Hazard Analysis and Critical Control Points) se esconde un método que se ha convertido en imprescindible en el sector agroalimentario.

El plan HACCP consiste en identificar los riesgos (temperatura, contaminación, ruptura de la cadena, etc.) y, a continuación, establecer los controles necesarios para prevenirlos.

En el ámbito del transporte, esto implica, entre otras cosas:

  • Que la temperatura se controle en todo momento.
  • Que los vehículos se limpien y desinfecten con regularidad.
  • Que los datos de temperatura sean trazables, verificables y consultables.
  • Que los conductores estén formados en buenas prácticas.

¿Qué es la normativa ATP?

La normativa ATP aborda otra dimensión del transporte frigorífico: el rendimiento y la conformidad de los propios equipos.

Firmado por más de 50 países, el Acuerdo ATP establece los requisitos técnicos aplicables a todos los vehículos que transportan productos perecederos a temperatura controlada. En resumen, para poder transportar legalmente este tipo de mercancías, su vehículo frigorífico debe:

  • Estar clasificado según una categoría ATP.
  • Contar con un certificado emitido por un organismo autorizado (como Cemafroid en Francia)
  • Someterse a inspecciones obligatorias: a los 6 y 9 años, y posteriormente a una recualificación en una estación de pruebas autorizada a los 12 años, lo que puede extender la validez del certificado hasta los 18 años.

¿Qué significan FRC, FRB o FNA en una carrocería frigorífica?

Cada designación corresponde a una categoría ATP, determinada por el rango de temperatura que puede mantener el vehículo y, por tanto, por los tipos de productos que puede transportar.

ClaseRango de temperaturaEjemplos de productos transportados
FNA / FRA+12 °C → 0 °CFrutas, verduras, bebidas
FRB+12 °C → -10 °CProductos frescos transformados, carne cruda
FRC+12 °C → -20 °CCongelados, helados, platos preparados

Estas clases determinan el tipo de aislamiento, la potencia frigorífica necesaria y, por tanto, el equipo más adecuado según su actividad.

Nota: estas clasificaciones ATP se definen en función de:

  • La naturaleza del frío producido (F para frigorífico, R para refrigerante),
  • El nivel de aislamiento de la caja: 
    • N para aislamiento normal (coeficiente K > 0,40 W/m²·K),
    • R para aislamiento reforzado (coeficiente K ≤ 0,40 W/m²·K).

Estos elementos determinan la categoría ATP asignada y orientan la elección del equipo frigorífico más adecuado según su actividad.

¿Y si realiza transportes locales?

La normativa ATP no se limita a los trayectos internacionales: también se aplica a los transportes nacionales, incluidos los de corta distancia.

Solo existen algunas excepciones muy concretas en el ámbito del transporte nacional:

  • Un trayecto de menos de 80 km sin ruptura de carga, es decir, sin abrir las puertas entre la carga y la entrega final (sin etapas intermedias).
  • El transporte de leche en cisternas en distancias inferiores a 200 km (un caso muy específico que no afecta a los equipos ofrecidos por Petit Forestier).

En la mayoría de las situaciones profesionales, la normativa ATP sigue siendo obligatoria. No conocerla adecuadamente puede suponer riesgos importantes… e incluso sanciones.

¿Y qué hay de la «temperatura controlada» en todo esto?

El término “transporte a temperatura controlada” (TD) no hace referencia a una norma específica, sino a un marco normativo global que engloba todos los transportes de productos perecederos que requieren mantener una temperatura constante.

Este marco se sustenta en dos pilares normativos principales:

  • La normativa ATP, que regula la conformidad técnica de los vehículos y contenedores.
  • El plan HACCP, derivado del Paquete de Higiene europeo, que establece las normas de higiene, trazabilidad y seguridad sanitaria.

Estas son las dos normas esenciales que debe conocer y aplicar para garantizar el cumplimiento legal en el transporte a temperatura controlada.

Cumplimiento en la práctica: lo que implica para usted

Cumplir con las normas del transporte frigorífico no se limita a contar con certificaciones: requiere un conjunto de gestos, controles y buenas prácticas que deben integrarse en su rutina logística. Esto es lo que debe poner en marcha para garantizar el cumplimiento normativo:

  • Elegir un vehículo correctamente clasificado y certificado por la ATP: el vehículo debe estar adaptado a la temperatura requerida por sus productos (clase FNA, FRB, FRC…) y disponer de un certificado ATP válido. En caso de inspección, este es el primer documento que se le solicitará.
  • Conservar y presentar el certificado ATP actualizado: este certificado oficial se expide tras la inspección del vehículo por un centro autorizado. Tiene una validez de 6 años y es renovable a los 9 y 12 años. Es obligatorio llevarlo disponible en el vehículo.
  • Seguir y registrar las temperaturas:para garantizar el respeto de la cadena de frío, es esencial controlar la temperatura interior durante todo el transporte. Según el tipo de mercancía y la normativa aplicable, esto puede requerir:
    • Un termómetro visible para productos frescos.
    • Un registrador de temperatura conforme a la norma EN 12830 para productos congelados, especialmente en transportes a larga distancia.
    • Nota: el Reglamento CE n.º 37/2005 exige un registro automático para el transporte de alimentos congelados destinados al consumo humano, salvo algunas excepciones (por ejemplo, ciertas distribuciones locales).
  • Formar a sus conductores en buenas prácticas: incluso con un vehículo que cumpla las normas, la correcta aplicación depende de las acciones humanas: carga rápida, puertas cerradas, limitación del número y la duración de las aperturas, gestión de alertas… Una formación específica ayuda a evitar errores costosos.
  • Limpiar y desinfectar regularmente las cajas: la higiene es un pilar del plan HACCP. Un mantenimiento frecuente reduce los riesgos de contaminación y mejora el rendimiento térmico de los equipos.
  • Anticiparse a los plazos reglamentarios: el cumplimiento normativo requiere planificación. Entre las recalificaciones ATP, el mantenimiento, las actualizaciones de los equipos, la sustitución de sondas y la verificación periódica de su calibración, es esencial seguir un calendario riguroso.

Normas para camiones frigoríficos: con Petit Forestier, siempre estará en regla

Cumplir con las normas es esencial. Pero seguirlas a diario, sin olvidar ninguna fecha límite, control o lectura, es un trabajo constante… y es nuestro trabajo.

En Petit Forestier, todos nuestros vehículos cuentan con la certificación ATP, se mantienen según las normas HACCP y están equipados con tecnologías de seguimiento a bordo como Smart Connect. Nos ocupamos de las renovaciones reglamentarias, registros de temperatura, mantenimiento, formación de conductores y toda la documentación obligatoria, para que usted pueda centrarse en su actividad sin preocupaciones.